Las fresas son deliciosas y además muy beneficiosas para la salud, bajas en calorías y ricas en hidratos de carbono, fibra y gran fuente de vitamina C. Se pueden degustar de mil maneras diferentes y solas ¡están riquísimas! Sin embargo, es una de las frutas que más sucias llegan a la cesta de nuestra compra, saturadas de decenas de pesticidas.
Los plaguicidas protegen los cultivos de muchas enfermedades, pero al mismo tiempo pueden ser potencialmente tóxicos para el ser humano. Las fresas arrastran dichos productos químicos adheridos a su superficie y como se comen sin pelar, nosotros las ingerimos. Por este motivo, en El viejo hortelano preferimos ofrecer a nuestros clientes fresas procedentes de agricultura orgánica, cultivadas sin ningún tipo de tóxico.
Para alargar su durabilidad y disfrutarlas con seguridad aconsejamos conservarlas en la nevera y lavarlas con cuidado antes de comerlas solamente con agua (si son bio) o añadiendo un poquito de vinagre de manzana o bicarbonato para asegurar que llegan limpias a nuestra boca.
Para que disfrutes de las fresas de la mañana a la noche, anota estas tres propuestas:
Lávalas, trocéalas y disfrútalas acompañando unas tostadas francesas. ¿No las has preparado nunca? Nosotros la llamamos en casa “torrija expres”: remoja rebanadas de centímetro y medio de un buen pan ecológico en huevo batido con leche, y frielas con mantequilla. Un toque de canela y un buen té o café para acompañar. ¡Desayuno ideal!
A mediodía, refréscate con una ensalada de brotes de espinaca, fresas, queso de cabra y nueces. Aliña con vinagre balsámico, aceite, miel, sal y pimienta. ¡Te sorprenderá!
Y si cuando llegas a casa estás demasiado cansado para cocinar pero sientes que te has ganado algo dulce, tritura bien con la batidora un yogur natural, un puñado de fresas y un plátano maduro. ¡Delicioso!
Y a ti, ¿cómo te gustan más? ¡Cuéntanos tu receta favorita con fresas!
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